En Gastroescultura confluyen el arte de la Escultura y el de la Gastronomía.
Como escultor desarrollo una nueva forma de concebir la escultura, a través de un lenguaje plástico muy personal que va en paralelo con los procesos de creación de la vanguardia culinaria española, siendo ésta la fuente de inspiración.
Una pieza escultórica basada en estos presupuestos implica una investigación de correspondencias y paralelismos, con el fin de consolidar en su resultado final, de una forma duradera, lo que por definición es una creación efímera. Este proceso de creación, asimismo, conlleva la unión entre los principios creadores que guían a muchos de los actuales innovadores del arte culinario español y mi lenguaje escultórico personal. En este sentido se trata de investigar las conexiones, similitudes, coincidencias y paralelismos, entre el proceso de creación de una nueva receta, de un plato estrella, o de una combinación de sabores, y el proceso de creación de una obra escultórica.
En todo momento trato de llevar a cabo la transposición sinestésica de los sentidos que se despiertan a través de la gastronomía, a mi obra escultórica, investigando con diferentes formas, tamaños, materiales, texturas y variaciones de color y de movimiento. La sinestesia se convierte así en uno de los principios generadores de mi obra y de su significado, así como en método de trabajo al promover la búsqueda de nuevos recursos técnicos para materializar en una escultura cuanto pueda evocar en mí no solo un plato concreto de la vanguardia culinaria española sino también los principios que lo han inspirado.
A través de Gastroescultura pretendo que el espectador que contemple mi obra pueda percibir y sentir la correspondencia existente entre ARTE y GASTRONOMÍA quedando patente la relación que he establecido entre estas artes.